Los lunes al sol
Remataremos en breve o visionado de Los lunes al sol. Nos días nos que vemos este filme, a prensa dá a seguinte noticia:
Prexubilados de luxo, prexubilados traballadores. Os seguintes parágrafos proceden de Los lunes al sol (1:15/1:19):
Reina: “Que no, hombre, que no. Que es muy fácil ir de víctima y que todo te lo den hecho. Si hay trabajo para los de fuera, hay trabajo para los de aquí. Y para los de fuera hay ¿non?. Que a mi me sacan todos los meses una pasta de la Seguridad Social para mantener una panda de vagos. Es muy bonito poner la mano todos los meses.
Santa: Ya has oído, Lino. Reina dice que eres un vago.
Lino: A mi no me metas.
Santa: Este señor dice que si quisieras trabajar te irías a un invernadero a Almería a cobrar 80.000 pesetas, gastarte la mitad en alojamiento y lo que te sobre enviárselo a tu mujer.
Reina: Yo no hablaba de él.
Santa: ¿A no? ¿Y de quién hablabas?
Reina: Mira, Santa. Si no es tan difícil. Lo que yo digo es que si te lo curras algo haces. Mira Rico. Cierran el astillero, nos ponen a todos en la puta calle ¿y qué hace Rico? Rico coge el dinero de la indemnización y monta este bar. ¿No te val mal, no? Y de eso hace ya cuánto, ¿tres años?
José: Porque le salió bien. Pero también podía haberle salido mal.
Reina: Que no, joder, que no. Si te lo curras te sale siempre bien. Mira Amador. Amador salió una vez y ¿qué hizo con el dinero?
Santa: Espera. Primero: Amador no salió, le echaron, como a todos. Que una cosa es salir y otra muy distinta es que te echen. Y de la indemnización pues, mira, te dan ocho millones de pesetas, que suena mucho, y luego ¿qué haces? Con 49 años, prejubilado, dos hijos y ocho millones en el banco. Te digo yo lo que haces: no haces nada. En cuatro años te lo has gastado, pero Amador y tú. Y cualquiera. Y lo digo yo, que a mi no me dieron nada.
Reina: Pero ahí el problema era otro. El problema era que les salía más barato traerse los barcos de fuera.
Santa: No, déjate que te cuente yo cuál era el problema, que tú lo has leído en el periódico pero yo estaba ahí. El problema es que te dicen: “Echamos a 80. O tragáis o cerramos el astillero”. Y en ese momento decimos que no, que el astillero no se cierra porque es nuestro trabajo, el trabajo de los compañeros, y con nuestro trabajo no se juega. Y no son los eventuales, Rico, que yo te he visto ahí, a mi lado. Y Amador también. En primera línea, defendiendo lo nuestro. Lo mío, lo de José y lo de Lino, que también estaba allí. Y cuando nos encerramos no éramos ochenta, nos encerramos doscientos, entre eventuales y fijos. Y sino pregúntaselo a la policía que ellos seguro que se acuerdan.
Reina: ¿Y qué conseguisteis? No conseguisteis nada.
Santa: Bueno, conseguimos que se enterase la gente.
Reina: Pues ya se les ha olvidado a todos.
Santa: Y conseguimos estar juntos. Eso a mi no se me ha olvidado. Luego ya no, luego apretaron y se jodió.
Rico: Para ti es fácil decirlo. Tu no tenías hijos ni mujer. Pero los que teníamos casi cincuenta años ¿qué? ¿Quién nos iba a contratar? ¿Otro astillero?